A Yemayá, diosa de los mares, protectora de los marinos y madre de todos los hijos en la Tierra, se le rinde homenaje el 7 de septiembre a la manera criolla, con el sincretismo y transculturación que la unen a la celebración de la protectora de la bahía de la Habana, la Virgen de Regla.
El culto a ambas se ha unido por cientos de años, en plena demostración de la identidad cubana, y muchos son los cubanos que festejan “el día de la santa”, sin especificar Yemayá o la Virgen de Regla.
A las dos se les celebra y se les rinde culto como una única deidad que otorga sus bendiciones y ayuda a los necesitados y protectora de aquellos que se ganan la vida en el mar.
A la santa le rezan y en su imagen le rinden devoción también a la Orisha Madre de la cultura afrocubana.
Agradecimiento y devoción a Yemayá y a la Virgen de Regla
Yemayá, la reina de las aguas y la Virgen de Regla, sincretizan su celebración el día 7 de septiembre, jornada en que reciben de todos los devotos el amor y el agradecimiento incondicional.
Pero desde el día 6 es tradición esperar despiertos hasta las 12 de la noche para agradecer y prender una vela en nombre de las madres de los mares.
El día 7, muchos se dirigen al Santuario de la Virgen de Regla, localizado en ese municipio capitalino del mismo nombre.
Y allí participan en las fiestas patronales en honor a la Virgen y a la Orisha y cargan con ofrendas de alimentos, de velas y de flores para dejar en la iglesia o en la orilla del mar.
La multitud de devotos de la patrona de Regla y de la Reina del Mar, viste de colores azul y blanco, símbolos de ambas deidades. Piden sus bendiciones llevándoles rosas y velas, y ofrendas y addimús con las comidas favoritas de Yemayá que depositan en la orilla de la bahía.
A ellas ese día le hablan desde el mar de su vida, sus alegrías y sus dolores, le muestran su agradecimiento, su lealtad y su devoción y le imploran protección para seguir adelante.
Celebrar a Yemayá en su día
Escuchar los llamados toques de santo con golpeteos de tambor que invocan a los Orishas es usual cada 7 de septiembre en numerosas casas de santo de la religión yoruba.
Y es que este hermoso día muchos adoran a la Orisha Yemayá en los altares de sus casas, con toques, ofrendas, addimús y otras muestras de agradecimiento y fervor, porque es Yemayá, la reina de las aguas, una de las deidades más veneradas por el pueblo cubano.
A Yemayá se le invoca ese día en las casas templo yorubas de toda Cuba, para que se presente en la tierra y baile y disfrute del agradecimiento y la lealtad de sus devotos.
¿Cómo homenajearla en su día?
La ofrenda más sencilla a nuestras madres aguas es una vela en su nombre, una estampita o una imagen, ofrecer una oración de gratitud y dar las gracias de corazón por las bendiciones que se han recibido.
Muchos de sus hijos y devotos se dirigen también al mar a tomar un baño y hundirse en las bendiciones de sus aguas, hablando con la Orisha, rezándole en la tranquilidad del mar por sus bendiciones y llamándola para que los abrace con su manto protector y lave la tristeza, los problemas y la enfermedad.
Allí le llevan también su preferido Ochinchin hecho a base de camarones, alcaparras, lechuga, huevos duros, tomate y acelga, o dulces como palanquetas de gofio con melado de caña, y frutas como melón de agua o sandía.
También van cargados con canastas de flores blancas o variedades de flores azules que echan al mar para que adornen y perfumen la casa de la Diosa de los Mares.
Ebbó al pie de Yemayá para depurar y atraer la prosperidad
Lámpara y Ebbó al pie de Yemayá: Limpieza de protección y gratitud
