Y llega uno de los días que más bendiciones y agradecimientos brindan los devotos a Obatalá y a la Virgen de la Mercedes, el 24 de septiembre.
Esta celebración que emana tanta energía desde los corazones de todos los que confían y veneran al santo Orisha llega para brindarnos paz, amor, tranquilidad y calma, un sosiego entre tanta rapidez y apuro en estos días.
Y a la luz de una vela blanca, dando gracias y rogando que nos escuche, les pedimos que nos lleguen sus bendiciones a la tierra, para que tengamos todo lo lindo, y que su manto protector, pulcro y blanco nos cobije.
- Al final del artículo compartimos algunas ofrendas hermosas que puedes entregarles, pero si no puedes, basta con una vela, o una flor, y llegarán tus ruegos a sus pies.
El Orisha Obatalá, padre del mundo del Panteón Yoruba en la Santería o Regla de Osha está sincretizado al poder de la Virgencita de las Mercedes, santa que representa también la salud, la paz, la justicia, y la misericordia del mundo.
Hermosa oración dedicada en el Día de Obatalá y las Mercedes
A ellos nos encomendamos dando las gracias por todo, con fe y amor los veneramos con este rezo:
Viejo y sabio Obbatalá, Virgen de la Mercedes, yo te ruego, tú que desde las montañas juzgas y decides dame la seguridad del ciervo, para que, en las rutas más inaccesibles mi paso sea firme.
Tú que hablas a través de las cimas, haz que mi espíritu sea siempre puro, como la lluvia que baña tus vertientes.
Altísimo padre, tú que decides el tiempo, haz que mi vida y vejez sea feliz, sin arrepentimientos, por no haber hecho o no haber vivido.
Tú que nos brindas la luz, haz que mi camino esté iluminado siempre por la fuerza, dame el coraje del lobo, para hacer frente a las sombras de mis miedos.
Haz que pueda cada día caminar con la cabeza alta, como el solemne ciervo.
Cuando veas que caiga y arrastre, te ruego me levantes y me des la fuerza del oso, para superar los escollos del camino.
Haz que sea soberano, como el vuelo del águila.
Dios de la montaña cuando llegue a ti dame la oportunidad de mirar hacia abajo con gratitud, con mi corazón siempre agradecido.
Por todo esto y más gracias mi padre Obbatalá y mi adorada virgencita.