Sobre la tierra yoruba se habían desatado fuertes epidemias.
Los hombres y mujeres que en esta habitaban anhelaban tener la salud y fortaleza física necesarias para trabajar y proveer a sus hijos de este modo con los recursos necesarios, para lograr en estos una subsistencia digna, lejana de todos esos males del cuerpo que no terminaban, sino con la gravedad y la muerte.
Pataki donde la enfermedad se apoderó de la tierra Yoruba
Cansados de tantas desgracias partieron hacia la casa de Orunmila el gran adivino de Ifá, buscando bajo su ékuele y el sonido de su tablero la solución requerida para aniquilar de una vez y por todas las enfermedades, la hambruna y la muerte sobre su tierra natal.
El Oráculo les marcó a los religiosos la realización de una fiesta donde abundara la comida fundamentalmente la carne y los ñames, para luego llevar una representación de dichos platillos al pie de la loma.
Justo donde se viera una casa pintada de blanco, pues en dicha humilde morada se acabarían sus desgracias y comenzaría a florecer su suerte, pues en esta vivía un espíritu secreto que se alimentaría de la ofrenda.
Orunmila les advirtió que una vez fuesen a dejar la ofrenda no podrían comer la carne y en su defecto, solo podrían alimentarse de las vísceras del animal sacrificado.
Cuando NO se cumple la palabra de Orula, el mal NO se aleja
Dentro de la comitiva que partió a depositar la ofrenda hubo varios hombres que se negaron a alimentarse de los órganos y en su lugar consumieron parte de la carne.
Una vez depositaron la canasta con comida, salió a su encuentro el Eggún que vivía en la casita blanca.
Este al ver el ultraje que había sufrido la ofrenda se negó a recibirla por considerarla impuro y poco digna de su persona e informó a Olofin que:
La raza humana no se merecía ser inmune a los males que los azotaban, pues los portavoces de la canasta habían permitido la profanación de la misma.
Desde ese momento y en respeto a los que se habían sacrificado, el espíritu bendijo a parte de los hombres, a los que otorgó cierta inmunidad al respecto, pero jamás en su totalidad.
El poder de la enfermedad en el signo Otrupon Meyi:
Por este motivo en el odun Otrupon Meyi la enfermedad no se va de la tierra del todo, como castigo al no cumplimiento a cabalidad de la palabra de Ifá a través de la boca de Orunmila su gran adivino y defensor.