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5 Orishas Menores muy poderosos que quizás no conocías

Los Orishas Menores

La religión yoruba es poseedora de numerosas deidades, pues cada una simboliza determinados elementos y poseen importantes capacidades adjudicadas a las fuerzas naturales.

Sin embargo, usualmente conocemos a los Orishas de cabecera que siempre deben recibirse y se entregan en la sagrada «ceremonia de Kari Osha» comúnmente conocida como “hacerse santo”.

Y también sabemos sobre los Orishas mayores, que representan al «ángel de la guarda» y se coronan.

Pero los Orishas menores del panteón yoruba, que son espíritus y energías de la naturaleza, y que no son considerados ángel de la guarda y por tanto no pueden coronarse en la ceremonia de Kari Osha, no son tan conocidos a pesar de que ellos representan directamente los elementos naturales y se les debe inmensa devoción y respeto.

Los Orishas Menores del Panteón Yoruba:

El hecho es que algunos de los cultos a los Orishas menores se han perdido con el tiempo y con el proceso de transculturación de las expresiones religiosas africanas en el continente americano, por ello apenas se conocen hoy.

Veamos ahora, 5 Orishas que son poseedores de gran poder pero que quizás no conocías porque su culto ha disminuido:

1. Abita, la maldad:

Es la existencia de lo malévolo en la religión yoruba, y a veces se le sincretiza con el diablo de la religión católica, a pesar de que se ha explicado que existen numerosas diferencias entre ambas representaciones.

Abita simboliza la existencia de la maldad, pero, sobre todo, la venganza, pues es un Orisha poseedor de un poder muy negativo en la mitología yoruba, que perjudica a las personas y a aquellos que son culpables de algún mal hacia los otros.

Es uno de los pocos santos cuya energía es negativa, usado con frecuencia para hacer daño o para llevar a cabo venganzas a nombre de quienes le rezan.

Cuentan las leyendas yorubas que fue vencido una vez por los Jimaguas Ibeyis y que desde entonces les teme.

La mayor cualidad de Abita es que solo atiende las peticiones de los que fueron heridos en el pasado, por lo que nunca hará mal sin una petición que lo justifique.

2. Ajá, el viento salvaje:

Es la Orisha de los torbellinos y está muy ligada a los dioses de los mares y los océanos. Su ancestral culto se ha perdido con el tiempo. Es el patrón de la selva y sus animales, sanador y curandero con el Ashé de sus hierbas. 

No obstante, siempre se resalta la importancia de Ajá por su afinidad con Olokun y Yemayá, posee gran similitud en sus características con los representantes de las aguas saladas.

Es una Orisha sumamente poderosa que puede arrastrar las embarcaciones con sus inmensos poderes, es una deidad prepotente y amiga de las peleas, por lo que no se le debe provocar y si vamos a salir a la mar, se le debe siempre dedicar un rezo.

3. Ajé Shalunga, la riqueza

Es el Orisha que simboliza la salud, la prosperidad y la abundancia, es aquel al que le rezamos sobre todo para asuntos de dinero y de buena suerte.

Su culto es muy venerado entre los devotos de la Regla de Ocha (santería), a pesar de que no es muy conocido por aquellos que no son practicantes.

Muchos de los que necesitan urgentemente del dinero lo llevan como su patrón y se le ponen en un recipiente conchas y monedas para que se sienta adorado y nos otorgue sus bendiciones, atrayendo el dinero y la suerte.

Sin embargo, muchos son los que advierten que Ajé Shalunga es caprichoso y voluble, y elige a la suerte la persona a quien asistir, por lo que no podemos confiarnos y dejar nuestro destino en las manos de este Orisha.

4. Bromú y Bronsiá, los guardianes:

Estos son los guardianes Orishas que protegen los secretos y misterios de la muerte junto a Oduduwá. Y por ello viven y se reciben con él.

Boromú representa los huesos de los muertos y vive en el desierto, y en el cementerio habita con Yewá, la dueña de la sepultura, que le enseñó a leer los oráculos. Por ello también tiene fama de adivino y apoya a Oduduwá en sus labores como Orisha de los Deseos.

Boronsiá por su parte, representa los tornados y su fuerza destructiva y puede arrasar con cualquier territorio si se le provoca.

Juntos son guardianes protectores y deidades muy poderosas.

5. Oranmiyán, el firmamento:

Este Orisha es hijo de Oduduwá y se le considera creador, dueño y señor de la tierra firme, pues según el mito, al principio todo era mar hasta que él contribuyó a poner a flote la superficie.

Es medio hijo de Oduduwá y medio de Oggún el rey del hierro, pocos son los que conocen todos los secretos que contiene su culto, pues es sumamente poderoso y antiguo.

Oranmiyán representa el firmamento y según cuenta un pataki, después de hacer la tierra firme, la defendió con lanzas y flechas.

A los Orishas Menores debemos gran respeto, cada una de sus energías permite que el hombre obtenga abundancia, salud y prosperidad en la tierra.

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