Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación católica realizada a la Virgen María.
Esta santa representa todos los sentimientos puros que existen sobre el mundo, por esta razón se identifica con el color blanco.
La devoción por la Virgen misericordiosa en Cuba.
La devoción por su imagen en el pueblo de Cuba es muy elevada, debido al poder de sus milagros y a la compasión que demuestra sobre sus hijos fue bautizada bajo el sobrenombre de la Virgen de la Misericordia.
Su fiesta se celebra cada año el día 24 de septiembre, teniendo sede en su santuario ubicado en el capitalino municipio de La Habana Vieja.
A esta virgen se invoca mediante su plegaria, la cual constituye un ruego de protección y compasión por los que sufren, puede emplearse en caso de auxilio ante la enfermedad, la pérdida y los problemas judiciales.
¿Cómo se representa a la Virgen de la Merced?
El hábito mercedario representa su vestimenta compuesta por una túnica, escapulario y capa, todo en color blanco, con el escudo mercedario en el pecho el cual constituye su principal símbolo.
Se suelen asociar a la imagen de esta virgen las cadenas y el grillete, símbolos del cautiverio y de la liberación que ocurre tras este.
Es frecuente representar a la Virgen de la Merced portando una corona de reina y un cetro en su mano derecha, a la par que sostiene con su brazo izquierdo al Niño Jesús, que también puede llevar un escapulario en las manos.
Oración a la Virgen de las Mercedes para protección:
Virgen de la Merced, Madre de Dios y de la Iglesia, reina de los ángeles y refugio de los pecadores, a ti me acerco lleno de amor y confianza, seguro de que tú siempre escuchas a tus hijos, pues eres madre de misericordia.
Te pido madre querida, que mi fe, esperanza y caridad crezcan y se fortalezcan. Que viva como verdadero hijo de Dios y como verdadero hijo tuyo, madre mía te consagro todo lo que tengo y lo que soy, mi vida, mis trabajos, mis alegrías y sufrimientos.
Quiero ser totalmente tuyo, deseo seguir tus pasos por el camino que lleva a Cristo redentor de los hombres, no me abandones madre celestial, concédeme lo que de corazón te pido para mí y todos los que sufren y los que lloran.
Te pido especialmente por los que culpables o no, están cumpliendo condena en cárceles, dale fortaleza, que no se sientan solos nunca sabiendo que tú los acompañas y que sus familiares y amigos los quieren y los recuerdan con cariño.
Te prometo vivir siempre agradecido a tus favores y amarte cada día más, Virgen de la Merced, ruega siempre por mí y por todos tus hijos. Amén.