En nuestra vida es la salud un tesoro, un tesoro invaluable que muchas veces no apreciamos hasta que la perdemos.
La salud la debemos cuidar, tanto la espiritual, como física y emocional, holísticamente funcionan como un todo que nos lleva hacia una vida saludable.
Nuestro cuerpo es un templo, y como tal debemos respetarlo, amarlo, cuidarlo, el templo que nos regaló Dios y el Universo para vivir nuestra existencia, esa es nuestra responsabilidad.
¿Cómo pedirle a Dios por la salud, tranquilidad y paz mental?
La salud mental es también muy importante, a veces los problemas, situaciones de dolor y angustia, hacen que nuestros pensamientos fluyan negativamente trayéndonos enfermedades.
Por ello nos encomendamos a Dios para que nos regale paz, tranquilidad, salud, y amor en nuestros pensamientos.
En un lugar tranquilo de la naturaleza o en el hogar, podemos prender una vela, y rogar a Dios que nos ayude, que interceda por nuestra salud, que nos dé protección y sanación mental y física, nos brinde curación espiritual, y en general nos proteja para sanar todas las enfermedades mentales que acechan al mundo.
Poderosa Oración para pedir salud, claridad y paz en nuestra mente
Padre eterno, me dirijo confiadamente a ti que eres un Padre todo amor y misericordia.
Sé que conoces mis faltas, pues todas te las presento, y a ti nada te puedo ocultar.
Sin embargo, siempre quieres para mí lo mejor, y te acercas a mí con palabras de aliento haciéndome promesas de amor, paz, prosperidad, y salud.
Tus promesas son ciertas, y tu palabra es vida.
Tu guía, amparo, consuelo y fortaleza son la base para que yo pueda acceder a gozar de una vida Próspera y saludable.
Padre bueno, por favor mantenme siempre cerca de ti.
Permíteme gozar de buena salud emocional y mental, que mis pensamientos y mis ideas sean saludables, ayúdame a tomar buenas decisiones, y que en todo momento me halle como una persona madura y responsable.
Padre eterno, también te entrego mis relaciones sociales y mi relación de pareja.
Que mis sentimientos sean sanos, y que pueda relacionarme con los demás sin lastimar a nadie y sin ser lastimado.
Padre misericordioso y eterno, bajo tu amparo y cuidado sé que todo será perfecto, porque todo ocurrirá según tu santa voluntad, para bien mío y de los demás.
Señor, cuídame por favor de los embates del día a día y sus angustias, que el malévolo estrés y del desasosiego no causen mella en mis pensamientos, y pueda llevar cada día con sano juicio y criterio.
Si cuidas mis pensamientos e inspiras mis emociones, estoy seguro de que todo en mi vida fluirá, y tomaré cada vez mejores decisiones, andaré con responsabilidad y madurez siempre, y me relacionaré sanamente con todos tus hijos.
Gracias Padre bueno por cuidarme a mí y mis seres queridos, y por cuidar también a todos con quienes interactúo. Gracias Padre Eterno porque me has oído.
Amén