Osun, el gallo, el orisha que representa la vida misma. Es el mensajero del Gran Creador Olofin, el custodio y vigilante de la Ocha y el que vela y previene de todo mal.
¿Quién es Osun en la Santería?
Osun es un orisha mayor del panteón yoruba, y el patakí cuenta que fue mensajero también del Padre Orisha Obatalá, hasta que falló en sus tareas de vigilante y perdió su puesto. Desde entonces vigila atentamente para que nunca vuelva a ocurrir un error cerca de él.
Fue Osun quien ayudó al gran sabio Orula a conseguir los poderes de la adivinación y es el que guía la cabeza de los creyentes.
Es un Osha del grupo de Orisha Oddé, comúnmente llamados Los Guerreros junto a Elegguá, Oggún y Oshosi los dueños del monte, los primeros que debe recibir cualquier iniciado en la Religión yoruba para comenzar su vida en la práctica santera.
El Orisha Osun representado por un gallo, está compuesto de 5 partes:
- el gallo que representa la vitalidad, la fuerza y la salud ante la vida
- el plato, el sustento en la tierra
- la copa que representa los 4 puntos cardinales
- la varilla, son las piernas, la firmeza
- la base, es el mundo.
Osun cumple siempre su rol como custodio y guía espiritual de los creyentes. Es quien advierte ante las malas decisiones y por ello se le considera vigilante, guardián y protector.
Representa la verticalidad del ser humano sobre la tierra y por ello su fundamento nunca debe de acostarse ni tumbarse. Si se cae es un mal presagio y puede llegar a advertir una muerte cercana y si el que lo posee fallece, Osun se debe ir con él.
Es un Orisha que consagran los Awó ni Orunmila y ante ellos reposa la potestad para entregarlo. Su poder simboliza al espíritu ancestral que se relaciona con el individuo genealógicamente y los apoya en su vida y sus decisiones.
Sincretismo de Osun
Como parte del proceso de transculturación asociado a la trata esclavista en épocas de la colonia y a raíz del peligro de que los africanos traídos a Cuba perdieran su religión y su fe, cada Orisha de la religión yoruba adoptó el nombre de un santo católico.
Por ello Osun sincretiza con el santo católico considerado guía y consejero de la humanidad: San Juan Bautista.
San Juan Bautista, príncipe del santoral cristiano
Si existe un santo reconocido en varias religiones y venerado a nivel mundial, ese es San Juan Bautista, príncipe del santoral cristiano y el único santo del que se celebra el nacimiento y no la muerte.
San Juan Bautista, judío predicador, es considerado como profeta por tres religiones: Cristianismo, Islam y la Fe Bahá’í, por lo que en distintos cultos se le profesa devoción y se le reza en múltiples lenguajes en numerosos países.
El Mandeísmo lo considera el Mesías y se le dedica a él la celebración del Solsticio de Verano, el 24 de junio, no solo como rito católico, sino incluso como vestigios de las antiguas creencias de la humanidad.
El nacimiento de Juan indica que fue hijo de Zacarías, un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel. Ambos ya habían llegado a una edad avanzada y no tenían hijos, porque ella era estéril.
Pero un día se apareció un ángel al pie del altar y dijo:
“No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios”.
El mismo ángel, hoy reconocido como el Arcángel Gabriel, se apareció a la Santísima Virgen María, comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel.
Así, ambas permanecieron juntas y vivió la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses, hasta que nació San Juan Bautista.
Obra y milagros de San Juan Bautista
Se dice que, desde pequeño, a Juan solo le preocupaba predicar la palabra del Reino de Dios. Así cuando tenía más o menos treinta años, fue a la ribera del Jordán, conducido por el Espíritu Santo, para predicar un bautismo de penitencia.
Allí conoció de la existencia de Jesús y predicó la fe religiosa, ayudando a los pobladores a creer y a bautizarse y sembrando entre ellos las ideas de amor al prójimo.
Luego de conocer el milagro de Jesús y el Espíritu Santo, Juan decía:
“He visto al Espíritu en forma de paloma descender del cielo y posarse sobre Él. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: Aquél sobre quien vieres que baja el Espíritu Santo y posa sobre Él, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo. Yo lo he visto, y por eso doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios”.
Muerte del santo
Cuenta la historia que fue Herodes, quien mandó gente hasta el Jordán para apresar a Juan. Pero aún prisionero, el hombre santo seguía predicando la palabra de Dios y miles de sus discípulos salieron a apoyarlo y a relatar sus milagros.
Finalmente, Herodes mandó decapitar a San Juan. Sus restos fueron venerados en la ciudad de Samaría hasta el Siglo IV, cuando Julián el Apóstata hizo que fuesen diseminados.
Pero la Iglesia Católica celebra siempre el 24 de junio el nacimiento de San Juan Bautista, con numerosas muestras de fe a lo largo y ancho del mundo.
Mismo día que se celebran en Cuba en una sola fe al Orisha Osun y al santo, como muestra del sincretismo.
La Noche de San Juan, el portal que une los mundos
Actualmente, se le dedica a San Juan Bautista una celebración que incluye ritos de múltiples creencias y religiones, la llamada Noche de San Juan.
Esta celebración indica que se desdibujan por una noche, los lazos que separan el mundo espiritual y el mortal. Por ese límite de tiempo, se rompen hechizos y se liberan seres mitológicos para pasear por la tierra.
Por ello, la noche y el amanecer del 24 de junio fueron dedicados a San Juan en un esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, que como explicábamos, responden a cultos antiguos resultado de numerosas creencias.
El Sol y San Juan son los símbolos de aquellos que luchan con la finalidad de acabar con los distintos males que perjudican a los humanos.
Rezos a San Juan Batista
A San Juan Bautista le rezamos buscando su protección contra los males que plagan el mundo. Sobre todo, le pedimos ayuda cuando nos vemos en situaciones difíciles y desesperadas, para que responda nuestras peticiones urgentes, abrir caminos, para pedir un favor y pedir lo que se necesita.
Por ello, cuando creemos que el peligro ronda, elevamos la siguiente oración a San Juan Bautista por 5 días seguidos.
Oración a San Juan Bautista para protección
Glorioso San Juan Bautista, por el amor ardiente que tuviste al Niño Jesús y por la santísima afabilidad y dulzura que infundió en tu corazón con sus halagos; por aquellos grandes privilegios que te concedió para hacer tantos milagros a favor de tus devotos, te suplico te dignes favorecerme en todas mis necesidades y problemas con tu eficaz y milagroso patrocinio.
En particular, santo precursor del Señor, te ruego me alcances la gracia que humildemente y con fervor te pido en esta oración: (pedir protección).
¡Oh, glorioso San Juan Bautista! apiádate de esta alma acongojada, que en ti puso sus esperanzas; líbrala, te ruego, de sus miserias. Santo precursor de Jesucristo, príncipe todopoderoso del cielo concédeme la gracia que te solicito, así como tu bienaventurado amparo.
¡Oh, santo de los milagros!, alivia la congoja de mi corazón, y haz que yo viva aquí en la tierra como verdadero amante del Señor para poder gozar de Él en la Gloria.
Amén.
Oración a San Juan Bautista para abrir los caminos y pedir lo que se necesita
Y si nos vemos en una situación desesperada, rezamos de la siguiente manera a San Juan Bautista, pidiendo su respuesta ante para peticiones urgentes:
Bendito San Juan Bautista, que fuiste elegido para anunciar a los hombres
la venida del reino de Cristo,
guía nuestros pasos por las sendas de la justicia y la paz,
y alcánzanos del Señor su misericordia y perdón.
Gloriosísimo San Juan Bautista,
precursor de mi Señor Jesucristo,
lucero hermoso del mejor sol,
trompeta del Cielo,
voz del verbo eterno,
consígueme del Señor su benevolencia y bendición.
Tú que eres el mayor de los santos
y alférez del Rey de la Gloria,
que eres más hijo de la gracia que de la naturaleza,
y por todas las razones
príncipe poderosísimo en el Cielo,
consígueme del Señor su clemencia y protección.
Glorioso San Juan Bautista,
hoy en mi desespero te ruego
que me ayudes en estos duros momentos,
necesito tu valioso auxilio
para solucionar mis penas y miserias,
media ante el Señor para que me conceda:
(decir lo que se necesita conseguir)
Te pido mártir invencible que no desoigas mis penas
y por los privilegios con que te enriqueció Dios
consigue que mi pedido sea concedido lo antes posible
si fuere conveniente para mi salvación;
y si no, una perfecta resignación,
con abundante gracia,
que, haciéndome amigo de Dios,
me asegure las felicidades eternas de la Gloria.
Amén.
¿Cómo Oggún, Oshosi, Osun y Elegguá se convirtieron en los Orishas Guerreros?
Crónica 13: Osun, fiel custodio del destino de Rosa María
