Hace muchos años en la tierra llamada Guere Fun vivieron dos hermanos gemelos de gran prestigio y respeto.
Estos habían sido consagrados en la Sagrada Regla de Ifá y coincidentemente se regían bajo el odun Ogbe Ate.
Ambos se dedicaban activamente al culto yoruba por lo que tenían indistintamente un pueblo religioso al que guiar, pues entre sus virtudes se encontraba el arte de la adivinación.
Pataki de Ogbe Ate: El Traidor
El primer hermano era muy famoso y querido pues con la ayuda de Orunmila el oráculo de Ifá había salvado muchas vidas.
Situación que causaba descontento en el corazón de su hermano menor, sentimiento que fue creciendo paulatinamente.
El primogénito vivía ajeno a este dañino sentimiento que se albergaba dentro de su gemelo, por lo que lo consideraba su confidente llegando hasta a contarle en donde guardaba su Ifá.
El hermano menor era un hábil transformista, este era capaz de ser ratón y hombre en dependencia de las circunstancias.
Una gran traición entre hermanos
Una noche se convirtió en ratón y de forma escurridiza se introdujo en el hogar de su hermano y poco a poco sin llamar la atención de nadie fue cambiando los ikines del Ifá de su gemelo por unas semillas secas.
Fue depositando las semillas consagradas en el fondo del río, para que de este modo el primero perdiera sus habilidades y prestigio como Babalawo.
Oshún quien se encontraba en el río se percató que un ratón estaba arrojando al agua los ikines y al parecerles en buen estado los recogió y los guardó en su casa.
El sacerdote ultrajado ya comenzaba a perder la memoria.
Yemayá quien vivía con él se dio cuenta que algo no iba bien y fue hablar con Oggún para que este la ayudara y este que ya estaba enterado le explicó lo que había sucedido.
La Madre Yemayá hace justicia y castiga con la muerte
De regreso a casa Yemayá no sabía cómo contar lo acaecido, pero sutilmente las palabras fueron brotando, el primogénito no sabía qué decir ante tal situación, pero lloró en silencio por la traición de su hermano.
Yemayá llevó a la orilla del océano al segundo hermano con la excusa de revelarle un secreto y cuando estuvieron solos la reina africana cantó.
El Oluo se percató que su vida corría peligro y trató de escapar convirtiéndose en ratón.
La diosa Yemayá quien era muy rápida lo ahogó en el mar y de esta forma cobró la venganza en pago a su traición.
Luego la dueña del mar fue a visitar a su hermana Oshún a sus dominios en el río, esta le entregó las semillas del Ifá del primogénito y de este modo él pudo recuperar la memoria.