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2 Patakis de Ogbe Otura ¡Del egoísmo y la mentira debemos alejarnos!

Patakis Ogbe Otura

Ogbe Otura es un odun de Ifá que advierte a los religiosos sobre dos osogbos fundamentalmente estos son el egoísmo y la mentira.

Abismos que suelen llevar a la perdición a quienes incurren en ellos, labrando en su caída un futuro desastroso e inestable.

1. Cuando los Orishas llamaron avaricioso a Orunmila.

En tiempos de escases los Orishas se reunieron en casa de Orunmila el gran adivino de Ifá, para entre todos buscar una solución a la hambruna por la que padecían.

Juntos establecieron donar una parte de sus alimentos a sus semejantes y de este modo todos salir beneficiados.    

Al cerrar el trato cada uno tomó una dirección distinta rumbo a sus hogares.

El primero en llegar a su morada fue Elegguá, este tomó un chivo asado y lo envolvió dentro de un cartucho para llevarlo a casa de Orula donde se haría la repartición de los productos.

Pero de camino pensó que como debía andar varias horas al sol hasta llegar allí se le corrompería así que decidió comérselo él solo.

¡Nadie cumplió con lo prometido! Solo Orula respetó el pacto

Los demás Orishas a su vez hicieron indistintamente lo mismo con sus aportes por lo que llegaron con las manos vacías al encuentro con sus semejantes.

Mientras tanto el oráculo se había puesto a arar el campo para ofrecer ñames a los santos, encontrando para su sorpresa una botija con tesoros.

Los Orishas al ver que Orunmila se había vuelto rico osaron reclamarle su parte de la botija en el acuerdo, a lo que el santo respondió:

El que no cumple con el trato no tiene derecho a reclamar retribuciones.

Las deidades ofendidas se marcharon de la casa de Orula no sin antes llamarlo avaricioso.

2. El poder de las calumnias.

A oídos de Olofin llegó el rumor de que Orunmila estaba haciendo ceremonias para perjudicar a la humanidad.

Este, desconfiado de la veracidad de la información recibida, se extrañó que el adivino de Ifá pudiese asumir esa conducta, pero para quedar totalmente tranquilo envió un emisario a supervisar en secreto las labores de Orula.

El encomendado se entregó por completo a la tarea asignada y comenzó a observar que todas las acciones de Orula estaban en regla, por lo que llegó al palacio de Olofin para informar los resultados de la investigación.

Entonces Olofin comprendió que todo lo tramado para perjudicar al adivino era una mentira y pudo corroborar una vez más su valía y reafirmó la confianza que había depositado en él cuando decidió entregarle el tablero y el poder de la adivinación. 

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