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Oraciones a San Benito para alejar los males y la envidia que nos rodea

Rezos a San Benito

«Europa encuentra de nuevo la esperanza cuando pone al hombre en el centro de sus instituciones. ¡San Benito, ruega por nosotros!»

Fue esta la frase con la que lo recordó el Papa Francisco cuando el mundo comenzaba a vivir una nueva etapa salpicada por la enfermedad, el encierro y la lucha contra la muerte, pero también un período de esperanza y mucha fe, rezando por tiempos mejores.

Cada 11 de julio, el santoral católico celebra el día de San Benito, el Santo Patrono de Europa y fundador de la Orden Benedictina, aquel al que se le reza por la protección del Viejo Continente y se le pide ayuda y apoyo para superar los obstáculos que la vida impone.

San Benito nació en el municipio italiano de Nursia (Perugia) en torno al 480 d.C, procedente de una familia noble.

Fue enviado a Roma a aprender de los mejores maestros, pues sus padres querían garantizarle una adecuada formación, pero allí vio por primera vez la decadencia social que imperaba en aquellos tiempos, la pobreza, la enfermedad y la crisis de valores y de instituciones, provocada por el final del Imperio Romano.

Así que San Benito se marchó de Roma y vivió en la soledad de una caverna, aprendiendo realmente a vivir sin lujos. Durante tres años vivió como ermitaño, en aras de aumentar en conocimiento de sí mismo y de su prójimo.

Y cuando decidió que sabía el significado de la humildad, se fue a Montecasino y entre las ruinas de una antigua acrópolis pagana construyó su primera abadía.

Milagros de San Benito y sus aportes al catolicismo

San Benito es considerado patrón de Europa y patriarca del monacato occidental y se le atribuyen numerosos milagros.

Imagen de San Benito

Se dice que algunos monjes de la abadía trataron de envenenarlo y la leyenda cuenta que primero intentaron envenenar su bebida al ofrecerle una copa de vino, pero Benito rezó una oración sobre la copa y esta se hizo añicos.

Otro de sus milagros fue cuando un cura de la zona llamado Florencio que lo envidiaba, decidió envenenar su pan, pero cuando Benito rezó una oración sobre el pan que tenía el veneno entró un cuervo y se lo llevó.

Por estos sucesos muchas personas comenzaron a reconocerlo como un hombre santo y acudían a él pidiendo milagros. Subiaco, en Roma, fue el lugar donde Benito permaneció unos 30 años predicando «La Palabra del Señor».

El más importante milagro que se le asocia es la escritura de una regla para sus monjes, conocida luego como la «Santa Regla», vista como un manual y código de oración para la vida monacal.

«La ociosidad es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas en el trabajo manual, y a otras, en la lectura divina”.

Es una de las frases más populares escritas por San Benito en la Santa Regla. 

También se reconoce la medalla de San Benito que se dice, representa, por un lado, la imagen del Santo Patriarca, y por el otro, una cruz, y en ella y a su alrededor, las letras iniciales de una oración. Esta es una de las medallas más antiguas de la cristiandad y posee grandes poderes para atacar y proteger del mal.

Se cuenta que el santo recomendaba a sus discípulos usarla para ahuyentar al demonio y hacer el bien. La oración que elevaba, es una invocación a la Santa Cruz y una expresión del rechazo a Satanás.  

Rezos para pedir al santo su protección contra todos los males y tentaciones

Oraciones a San Benito

A Benito se le representa habitualmente con el libro de la Regla, una copa rota, y un cuervo con un trozo de pan en el pico, en memoria del pan envenenado que recibió Benito de un sacerdote de la región de Subiaco.

Por los milagros y leyendas asociados a su figura, los devotos le rezan implorando su ayuda en la necesidad. Algunos creyentes invocan a Benito para protegerse contra las picaduras de las ortigas, el veneno, la erisipela, la fiebre y las tentaciones.

Es patrono de los agricultores, ingenieros, y curtidores, de los granjeros, de la Villa Heerdt cerca de Düsseldorf en Alemania, del pueblo San Benito cerca de Jipijapa en Ecuador, de enfermedades inflamatorias, de los arquitectos italianos, de Monreal del Llano en Cuenca (España).

Igualmente, Benito es el Santo Patrono de los que padecen enfermedades de riñón, de los monjes, de la villa de Nursia (su ciudad natal), de Italia, de los religiosos pertenecientes a congregaciones, de los escolares, de los criados y de los espeleólogos.

También en las Islas Canarias en España, se celebra cada año la Romería de Regional San Benito Abad, un festejo declarado de Interés Turístico Nacional por las dimensiones que alcanza. En el evento los devotos se encomiendan a San Benito y le rinden culto mediante rezos, ofrendas de flores y velas etc.

Oración a San Benito para alejar el mal, la envidia y malas personas

A San Benito le rezamos mediante plegarias para alejar a personas envidiosas que solo quieren el mal para nosotros.

San Benito nos protegerá de aquellos que desean hacernos cualquier mal. Por ello, cuando sentimos peligro y energías negativas a nuestro alrededor, elevamos la siguiente oración:

Oh glorioso San Benito, modelo sublime de todas las virtudes, vaso puro de la gracia de Dios. Heme aquí, humildemente postrado ante ti. Imploro tu corazón lleno de amor para que intercedas por mí ante el trono divino de Dios.

A ti recurro en todos los peligros que a diario me rodean. Protégeme contra mis enemigos, contra el maligno enemigo en todas sus formas e inspírame a imitarte en todas las cosas.

Que tu bendición esté conmigo siempre, de modo que pueda huir de todo lo que no es agradable a Dios y evitar así las ocasiones de pecado.

Dulcemente te pido, que me consigas de Dios los favores y gracias de las cuales yo estoy tan necesitado, en las pruebas, en las miserias y en las aflicciones de la vida.

Tu corazón siempre estuvo tan lleno de amor, compasión y misericordia hacia los que estaban afligidos o con problemas de cualquier tipo.

Tú nunca has despedido sin consuelo y asistencia a cualquiera que haya recurrido a ti. Por lo tanto, invoco tu poderosa intercesión, con esperanza y confiado en que tú escucharás mis oraciones y me alcanzarás la gracia especial y favor que tan seriamente te imploro (pedir el favor a recibir), si es para la mayor gloria de Dios y el bien de mi alma.

Ayúdame, Oh gran San Benito, vivir y morir como un hijo fiel de Dios, que sea siempre sumiso a Su santa voluntad, para lograr la felicidad eterna del cielo.

Amén.

Oración de protección a San Benito para pedir su intercesión y ayuda

También podemos elevar a San Benito para pedir que interceda por nosotros ante las tentaciones que debemos rechazar.

Si consideramos que existe peligro para nosotros o nuestros allegados, debemos rezarle al santo protector para que nos ayude.

Mediante este rezo, pedimos la intercesión de San Benito:

Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.

Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.

Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas.

Amén. Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas.

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