Desde tiempos remotos el ser humano ha empleado la música para manifestarse, su melodía seduce al hombre, aleja la tristeza, atrae la buena suerte y es capaz de calmar a la más sanguinaria de las fieras.
Tal es así que la mitología griega relata que solo los instrumentos musicales podían vencer a Cancerbero, el perro de tres cabezas que custodiaba las puertas del inframundo.
Nuestros ancestros africanos emplearon diversos ritmos en rituales religiosos, mediante este acto veneraban a sus dioses los que como recompensa les permitían la fortuna de tener buenas cosechas, el ganar batallas y la dicha de salir ilesos ante la llegada de la enfermedad.
Desde antaño un conjunto de tambores fueron los responsables de comunicar a los africanos con los Orishas, los cuales conocemos hoy bajo el nombre de tambores Batá, estos tuvieron sus orígenes en la tierra nigeriana.
¿Qué es un Tambor Batá?
Curiosamente el nombre Batá se traduce al español como tambor. Este es un medio de comunicación entre el hombre y el santo.
Al ser sagrado dentro de la religión es preciso entonces que sea elaborado con una materia natural, en otras palabras, con elementos que hayan poseído energía vital, pues de esta forma la madera tiene el toque del Orisha Ozain, dueño de todas las hierbas y de la madre naturaleza.
No deben emplearse en su confección materias primas sintéticas.
Es un tambor de madera que presenta dos conos de piel de chivo u otro tipo de cuero, estas membranas poseen diferentes diámetros por lo que es considerado un instrumento bimembranófono.
Las partes por si solas no tienen valor, juntas son una fuerte mancuerna musical que hace vibrar los sentidos, llegando a permitir que los santeros entren en trance y baje por medio de estos el Orisha.
El Batá posee un diseño de reloj de arena siendo más grueso en sus extremos y afinado en el centro, esta forma posibilita no solo un mejor agarre para el percusionista, ya que también favorece la acústica sonora.
Los Batá son tres instrumentos hermanos
Los tambores Batá son los integrantes de una familia de tres instrumentos consagrados que se diferencian por su tamaño: Iyá es el mayor y más grande de todos, le sigue Itótele el mediano y para finalizar Okónkolo, el tambor chico.
A estos se les añaden cascabeles, cintas, cuentas y caracoles elementos que personalizan al instrumento y a su músico.
¿Qué representa en la Santería este instrumento musical?
El tambor representa la unidad y la familia, tal es así que los tamboreros refieren sentir estos como parte de su propio cuerpo.
A ellos le deben respeto y entrega, una vez que un hombre es consagrado en esta doctrina adquiere un compromiso inquebrantable con los ancestros y los Orishas.
¿Quiénes tocan los Batá?
Para tocar un tambor Batá hay que ser digno de él. Se necesita poseer conocimientos sobre la Religión Yoruba, es preciso haber sido iniciado en la regla de Osha y posteriormente consagrado para esta actividad. Este privilegio es fundamentalmente masculino.
El secreto del Tambor
A la familia Batá se les llama también Omóaña, los tambores que han sido consagrados se les nombra Añá, mientras que los que aún no han sido bendecidos se les conoce como Ilú.
Los tambores de mayor tamaño son los encargados de establecer la conversación con el Orisha mientras que el pequeño es el responsable de marcar el ritmo de la plática.
El religioso encargado de tocar el Iyá se le llama Olubatá, este debe poseer experiencia ya que este es el principal Batá.
Los bataleros y su sagrada misión
Los bataleros, nombre con el que se conocen a sus percusionistas les deben a los tambores gran devoción y respeto, el golpe sobre la membrana del reloj de arena debe salir del corazón y transmitirse por medio de la palma de la mano, pues estos poseen la facultad de hacer bajar a la tierra a los Orishas.
Como el Bata significa unión cada tambor debe elaborarse con una única pieza de madera, requisito indispensable que garantiza su posterior utilidad.
Los tambores Batá en la Regla de Osha
Cuando va a ser presentado un iyawó al tambor es preciso que este se encuentre dentro del recinto donde va a celebrarse la ceremonia antes de que llegue el Omóaña de lo contrario no podrá participar de esta.
El dueño del Batá es Shangó el Orisha del trueno quien cambio a Orula el poder del oráculo por la magia de la música.
Los iyawoses le ofrecen un juego de tambores al ángel de la guarda de su madrina y de su Oyugbona como símbolo de respeto ante sus mayores.
Los Omóañas se consideran inseparables ya que para ser efectivos deben ser tocados al unísono, juntos tributan las melodías favoritas de los Orishas en búsqueda de obtener su agrado, salud y desenvolvimiento.