Elegguá también conocido como Eshú-Elegguá, es el dueño de los caminos y el destino y su nombre significa “el mensajero príncipe”.
¿Quién es Eleguá en la Santería?
Es el Orisha que representa la protección primera, ya que es él, quien abre los caminos para continuar en la religión yoruba.
Es un Osha guerrero que cuida el destino. Este Orisha protege el Ilé (casa) de quien lo posee y ayuda a sus hijos, dándoles la llave de la fortuna a aquellos que considera listos para obtenerla. En la naturaleza está simbolizado por las rocas.
A Elegguá, los no iniciados o aleyos deben recibirlo o consagrarlo como primero. Es también, uno de los guerreros temibles y feroces del grupo de los Orisha Oddé junto a Osún, Oggún y Oshosi, a los que se les llama Los Guerreros. Él es, de hecho, el primero de los guerreros y el portero de la sabana y el monte.
Es considerado el mensajero fundamental del creador Olofin, intérprete principal de las letras del sistema del oráculo del diloggún y protagonista del oráculo de Biangue o Aditoto.
Cuentan los patakíes yorubas que Elegguá ha sido el único que ha ido y regresado del mundo de Ará Onú, o la tierra de los muertos y que ganó suficientes privilegios de parte de Olofin, el sabio Obbatalá y el adivino Orunmila para ser el primero en ser atendido.
Por esto también se dice que es el Orisha consentido de la Regla de la Ocha (santería) y en apariencia se le compara con un niño travieso.
Los 3 Sincretismos del orisha Eleguá en la Regla de Osha
Y como parte del proceso de transculturación adjudicado a la etapa colonialista, Elegguá debió sincretizarse con varias figuras del culto católico también asociados a la protección y concededores de fortuna.
Para que los esclavos africanos pudieran seguir mostrándole su devoción, Elegguá sincretizó con:
- San Antonio de Padua
- Ánima Sola
- Santo Niño de Atocha
1. San Antonio de Padua, Patrón de los Milagros: Día 13 de junio
San Antonio de Padua, también conocido como Patrón de los Milagros, es especialmente invocado por los católicos en diversas ocasiones, sobre todo para cuestiones que se relacionan con la salud y la suerte.
Su historia cuenta que nació en Lisboa en 1195, y muy joven, contrariando los deseos de su familia, ingresó en la abadía agustina de San Vicente en las afueras de Lisboa, famosa institución que promulgaba el estudio de los dogmas de la Iglesia Católica.
Estudió las Sagradas Escrituras y la teología de algunos doctores de la Iglesia católica como Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona, Gregorio I y Bernardo de Claraval, además de los clásicos latinos.
San Antonio de Padua vivió como predicador, viajando por todo el norte de Italia y el sur de Francia y luchando contra las herejías.
Se dice que cuando enfermó de hidropesía, vivió en una celda construida por él mismo bajo las ramas de un nogal y murió el 13 de junio de 1231 en el convento de las Clarisas Pobres en Arcella a la edad de 36 años.
San Antonio de Padua es reconocido fundamentalmente por ser la persona más rápidamente canonizada por la Iglesia católica, a solo 352 días después de su fallecimiento. Numerosos episodios sobrenaturales le son atribuidos, por lo que se le conoce como patrón de los Milagros.
Cuentan que conocía el lenguaje de los peces y que cargó en sus brazos al niño Jesús durante una noche. También la Iglesia apunta que 30 años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto y descubrieron que, aunque todo su cuerpo estaba ya corrupto, la lengua seguía intacta, lo que le adjudicó una fama legendaria.
El monarca León XIII lo llamó «el santo de todo el mundo», porque se le venera prácticamente en todas partes, y se le conoce también como patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, marineros, albañiles, panaderos y papeleros. También se lo suele invocar para encontrar objetos perdidos y las jóvenes le ruegan por una buena pareja.
Oración a San Antonio de Padua
- A continuación, ofrecemos una Oración para rezarle al santo, al que usualmente se le reza ante casos difíciles y urgentes, para el amor, enamorar, casarse y conseguir novio, para amarrar, dominar y conquistar, y en general, si buscas milagros y ayuda.
Oh bendito San Antonio, él más gentil de todos los santos
Tu amor por Dios y tu caridad por sus criaturas te hicieron merecedor,
Cuando estabas aquí en la Tierra, de poseer poderes milagrosos.
Los milagros esperaban tu palabra,
Que tú estabas siempre dispuesto a hablar por aquellos con problemas o ansiedades.
Animado por este pensamiento, te imploro obtengas para mí
(Se hace la petición)
La respuesta a mi rezo puede que requiera un milagro,
Pero aun así, tú eres el santo de los milagros.
2. Ánima Sola, espíritu del purgatorio
Mucha es la polémica que genera en la religión católica la historia de Ánima Sola, también llamada Alma Desamparada, y vista como una imagen que representa un alma en el Purgatorio, muy popular en América Latina y también en España e Italia.
Representa a una mujer que está de pie entre las llamas, pero que nunca se consume y agarra con una mano con una cadena rota mientras la otra mano clama al cielo.
Se dice que la imagen encarna a la joven judía llamada Celestina Abdégano, que pertenecía a las mujeres piadosas que asistían a los condenados. El día en que murió Jesucristo, fue con un cántaro de agua para darles de beber a los que agonizaban en las cruces.
Ella le dio de beber a Dimas y Gestas, los dos ladrones que estaban a ambos lados de Cristo, pero se dice que, por miedo a los guardias, no le dio de beber a Jesús. Por ello fue condenada a sufrir la sed y el calor constante de las llamas del Purgatorio hasta el fin del mundo.
A pesar de no ser una santa consagrada por la iglesia, algunos devotos le rezan y encienden lámparas en su honor para disminuir sus penas. Pero otras personas la invocan con fines negativos, como amarrar a una persona o perjudicarla.
La imagen de Ánima Sola también se venera en el espiritismo como ‘alma solitaria’ o ‘espíritu abandonado’ y es muy popular en las tradiciones mágicas latinoamericanas. Es invocada sobre todo por aquellos que quieren encontrar el amor o fueron engañados por su pareja.
Oración al Ánima Sola para amansar hombres
Las oraciones dedicadas a esta entidad usualmente son relacionadas a sentimientos de pareja, entre ellas; para obligar a regresar a tu amor, para separar, desesperar a un hombre, destruir y alejar a una persona, dominar, alejar enemigos y ante una petición difícil e imposible.
Ánima mía; en la mano lo tengo; no lo doy, ni lo quito, en el Manto de María Santísima lo deposito,
y que ande detrás de mí como muerto detrás de la Luz y el vivo sobre la Cruz,
Ánima del Mar y la Tierra, mortifícalo e inquiétalo;
Ánima Sola quise con paz; métete en el corazón de______, impaciéntalo y mortifícalo;
y que no tenga tranquilidad ni sosiego al lado de ninguna mujer hasta que no llegue a mis pies rendido,
como llegó Nuestro Señor Jesucristo a los pies de Poncio Pilato.
Con Dos los mido y con Tres los ato; la sangre de su corazón me bebo y su corazón le arrebato…
- Nota: rezar 9 Ave Marías a las Ánimas y 5 Salves a Santa María. Esto se rezará todos los viernes, lunes y miércoles a las 12 del día.
3. Santo Niño de Atocha, el niño Jesús: Día 6 de enero
El Santo Niño de Atocha, indica la leyenda es un pequeño peregrino español, quien se dice, es el niño Jesús. Se le llama “el pequeño que nunca está” y generalmente se le muestra en varias pinturas como un Niño Mayor, sentado en una silla.
La historia y devoción al Santo Niño de Atocha se originaron en España, pues le rezan como hijo de María, Nuestra Señora de Atocha.
Cuentan que, en el territorio de Atocha, el califa emitió una orden para indicar que solo niños de doce años o menores podían alimentar a los prisioneros. Así, comenzó un pequeño a llevar víveres a los prisioneros que no tenían jóvenes en su familia.
Nadie sabía quién era, pero aquellos que habían pedido un milagro a la Virgen de Atocha visitaron el monumento de la localidad en su honor, y descubrieron que los zapatos de la estatua del niño Jesús que la Virgen sostenía, estaban gastados.
A partir de esta leyenda, ha crecido por todo el mundo la devoción al Santo Niño de Atocha, pues se le adjudican muchos milagros vinculados a la protección y a la caridad.
Cuentan que el niño de la estatua presente en numerosos santuarios, a veces se mueve, en lo que se le conoce como “milagrosa aparición”.
Al Santo Niño de Atocha se le reza fundamentalmente en situaciones difíciles y urgentes, para que escuche nuestros ruegos y nos ayude.
Oración al Santo Niño de Atocha:
- Proponemos una oración para invocar su ayuda.
Las oraciones a este santo por lo general piden su protección, para abrir caminos, casos difíciles y urgentes, pedidos de embarazos, para el amor, la salud, el dinero, el trabajo.
Como es una deidad muy venerada también se le ruega por prosperidad y abundancia.
Clemente y bondadoso infante de Atocha, acudo a ti para decirte lo mucho que te amo y necesito,
Quiero que vuelvas tus ojos misericordiosos hacia mí y veas la desesperación y aflicción que me embarga
Yo he hecho todo lo que está a mi alcance, pero mis problemas son graves y no he encontrado solución
Tú que eres tan milagroso, no te apartes de mí:
Te pido ardientemente me envíes tu asistencia, te pido urgente consuelo y ayuda
Sapientísimo y Santo Niño de Atocha, protector de todos los hombres, amparo de los desvalidos,
Sanador divino de cualquier enfermedad
Poderosísimo Santo Niño: te saludo, te alabo en este día y te ofrezco tres rezos: (tres Padrenuestros, tres Ave Marías y tres Glorias)
En memoria de la jornada que hiciste encarnado en las purísimas e inmaculadas entrañas de tu dulce y amabilísima Madre
Desde la ciudad santa de Jerusalén hasta Belén
Por la fe que en Ti tengo, escucha mis ruegos, por la confianza que en Ti deposito, concédeme lo que con humildad solicito
(Hacer la petición)
Yo, que te amo sobre todas las cosas, quiero alabarte sin cesar, junto a los coros de Querubines y Serafines, adornados de perfectísima sabiduría.
Espero, preciosísimo Santo Niño de Atocha, feliz respuesta a mi súplica
Sé que no saldré desconsolado de Ti y que además tú me concederás una buena muerte,
Para sí acompañarte en el Belén de la Gloria.
Amén