La envidia es uno de los sentimientos más negativos que puede profesar una persona por otra.
El hablar a nuestras «espaldas», la traición o simplemente, la envidia, son actitudes que pueden causar mucho daño.
Para seguir el camino de la fe, debemos eliminar de nuestros sentimientos la envidia, y alegrarnos de los triunfos ajenos.
Sin embargo, debemos saber que podemos ser nosotros mismos víctimas de la envidia ajena y las malas lenguas, y debemos estar preparados para evitar las dificultades.
¿Cuándo debemos orar para sacar la envidia del camino?
Si sabemos de alguien que habla mal de nosotros y nos envidia, debemos rezar esta oración y siempre pedir luz a esa persona.
Lo más recomendable es que «la oración contra la envidia y los chismes» se convierta en una de esas oraciones del día a día hasta que superemos el problema y para que cada vez que la necesitemos, podamos orarla.
La oración para las malas lenguas es milagrosa, pero debemos rezarla con mucha fe y confiar en los poderes de Dios, para que de ahora en adelante no vuelvan a tocarnos las personas negativas.
- A la luz de una vela preferiblemente blanca rogamos que nuestros guías espirituales intercedan para que nos ayuden a vencer obstáculos, enemigos y toda maldad.
Esta es la oración para callar bocas y envidias
Dios todopoderoso y misericordioso, recurro ante tu divina presencia para que derrames tu sangre bendita para que las envidias desaparezcan de mi vida y se alejen las malas influencias de mi familia
En todo este tiempo las personas que se decían ser mis amigos, me han traicionado y hablan mal de mí, por eso te pido, Señor, que alejes de mí su ponzoña
Señor, que tu sangre sea la llave para que esas personas, simplemente callen y no vuelvan a buscarme, que se alejen de mi vida y de los míos.
Permíteme, Mi Padre celestial, salir de esta difícil situación que han provocado con la envidia y los rumores
Guíame para seguir por el buen camino y ayúdame a recuperar mi buena imagen
Me entrego y abro el corazón para que derrames tu sagrada sangre en mí, ¡oh padre misericordioso! te pido que no permitas que las malas lenguas se apoderen de mí
Aleja esa energía negativa que afecta mi vida y la de mis seres queridos, que nunca la envidia penetre la entrada de mi hogar
Bendice mis palabras para que mi don de habla, siempre sea elevando plegarias a ti.
¡Amén!