Muchas veces hemos sido testigos de cómo muchos santeros soplan a los Orishas humo de tabaco y bebidas, mientras le rezan o los saludan.
De hecho, es común en Cuba entre devotos y no devotos cuando se abre una botella de aguardiente o ron, derramar algunas gotas al piso, “para los muertos y para los santos”, se dice.
Las bebidas, al igual que otros tipos de Addimú (ofrendas) deben entregarse según sea el agrado de la deidad, pues algunas pueden estar prohibidas o representar un tabú para un orisha en particular. El aguardiente, por ejemplo, es utilizado para venerar a los Orishas Guerreros (Eleguá, Oggún y Oshosi).
Estos casuales rituales demuestran la fuerza de ambos ingredientes, tabaco y aguardiente, en las ceremonias de la práctica de Santería en Cuba.
Tabaco y aguardiente como elementos ceremoniales en la Santería
En cualquier ofrenda, veneración o ritual, soplar bebidas (Otí) a la deidad que se va a venerar es parte del proceso ceremonial. Este es un elemento común para todo Orisha, siempre y cuando sea una ofrenda permitida para el santo.
El tabaco también es un elemento que establece una conexión espiritual poderosa, su humo permite canalizar una comunicación con los espíritus, los Eggun y Orishas.
Su poder es ampliamente utilizado para realizar limpiezas, purificaciones, y rituales para abrir los caminos, alejar malos espíritus y atraer buena energía. Su uso es ancestral, y en las ceremonias de la Santería es un elemento fundamental.
Pero, ¿por qué es imprescindible emplear bebidas como el aguardiente para atender al Orisha?
El Patakí sobre Otí: «Soplar con Ashé al Orisha«
La leyenda indica que cuando los Orishas iban a bajar a la tierra, Elenini, la deidad del obstáculo quería venir con ellos, y así entorpecer el trabajo de cada uno.
Por ello antes de bajar, Orunmila, el gran adivino, les recomendó hacer ebbó (limpieza) con Otí o bebida y que cada uno venerara su secreto con ese Otí.
Después, cada Orisha tomó su rumbo a la tierra, pero Elenini no estaba habituada al Otí, por lo que se emborrachó y se quedó dormida. Al despertar, ya no pudo entorpecer la misión de los Orishas en la tierra.
Por lo tanto, rociar al Orisha con tres buches pequeños de bebida, es una rememoración simbólica de que las deidades vencieron a Elenini y lograron bajar a la tierra.
“Sóplame un poquito, pero con Ashé”, así le dijeron los Orishas al proveedor de Otí del cielo cuando quisieron bajar a la Tierra.
Aguardiente y tabaco para Elegguá
Uno de los rituales característicos para venerar al Orisha Elegguá, es ofrendarle tabaco y aguardiente, pues como buen guerrero, eso es lo que toma para disfrutar de la victoria.
Para este ritual se ponen dos copas de aguardiente ante Elegguá iniciando el lunes y se enciende el tabaco y se aspira su humo.
Y se le dice al pequeño gigante:
“Comparto contigo Elegguá, aguardiente y tabaco. Concédele dinero y desenvolvimiento a mi vida, abriendo caminos de prosperidad”.
Luego se rocía una copa de aguardiente sobre el otá (piedra) o Eleguá y de la otra se toma un solo sorbo.