En Cuba la religión es una amplia mezcla de creencias provenientes del sincretismo y la transculturación que hicieron de ella, una marca identitaria de la Isla.
Aquí cada quien decide en qué creer, a quien venerar y cómo llevar su religión y su camino espiritual, y ello reporta al devoto tranquilidad, estabilidad emocional, consuelo y esperanza.
En esta Isla caribeña los santos de la religión católica y los Orishas de la religión yoruba y otras expresiones religiosas africanas, se funden en un mismo culto que adquirió con el paso de los años, una inmensa fuerza.
Hoy en día, en la Regla de Osha (santería) las deidades tanto católicas como africanas, son adoradas en iglesias, altares hogareños y en cada representación de la naturaleza, como Oshún la reina de los ríos y Yemayá la diosa de los mares.
¿Qué es un altar en la Santería?
Los altares no son algo exclusivo de la religión yoruba, pues se han utilizado a lo largo de los siglos en distintas religiones con el fin de venerar a las deidades, un altar es un espacio dedicado a su culto, un lugar sagrado cobijado por la fe.
No obstante, los altares yorubas tienen características definitorias asociadas a las cualidades de los santos.
Por tanto, a los Orishas y Santos se les venera en altares que se realizan siempre siguiendo normas básicas, relacionadas a las características de cada deidad, como sus colores, atributos, y cualidades que los definen.
Venerando a Santos y Orishas en un solo altar
En las casas cubanas donde se profesa el culto a las deidades existe una inmensa variedad de altares y mezclas religiosas, propias de la sincretización
Se representan los principales santos y orishas a los cuales adoramos, como Shangó y Santa Bárbara, Oshún y la Virgen de la Caridad del Cobre, o el milagroso San Lázaro y Babalú Ayé, entre muchos otros.
Los Orishas se asientan en sus diferentes elementos, por ejemplo, Elegguá, es el primero que se ve al entrar a una casa, debido a que está detrás o cerca de la puerta cuidando y protegiendo, lo hace en una sagrada otá (piedra) y usualmente está adornado con ofrendas y elementos dedicados a él.
Incluso en los altares cubanos se encuentran elementos del espiritismo cruzado, como atributos o muñecos que representan a los espíritus protectores o del cuadro espiritual del devoto.
Y así los altares de cada santo se adornan con colores y aspectos distintivos de cada deidad, como el amarillo para Oshún, o el azul para Yemayá, blanco para Obbatalá, cuchillos, martillos y machetes para Shangó y otros aditamentos más, representativos de cada uno.
Cada flor, colores, elementos y atributos están relacionados a las deidades que se veneran y allí en los sagrados altares, se colocan como forma de respeto, fe y honor.
Altares y festividades religiosas
Al pie de los altares también se celebra a los santos orishas en su día, poniéndoles velas, flores, alimentos y ofrendas de todo tipo.
A cada santo se dispone y se adorna según sus características, con comida, bebidas, velas, omiero (agua espiritual de hierbas de los orishas), esculturas de santos católicos, estampitas y muchos otros elementos destinados a conmemorar la fecha.
También se conforma un altar para celebrar el día en que el individuo se inició en la Regla de Osha y otras veces el santo pide la ceremonia por diferentes motivos que también requiere de altares.
En Cuba, los altares santeros van desde los más sencillos hasta los más exuberantes, pero todos son representantes de la inmensa fe de un pueblo que adora a sus santos y les profesa su devoción en una mezcla de cultos única e identitaria.