Elegguá, Oggún y Ochosi son considerados Orishas guerreros u Orisha Oddé, son los orishas que primero debe recibir cualquier iniciado en la Religión yoruba y que son entregados por los Sacerdotes de más alta jerarquía, denominados Oluwos o Babalawos.
Los Guerreros, para los devotos representan la fortaleza ante la vida, la fuerza que abre los caminos y la protección frente a las adversidades del destino.
Son protectores e incansables luchadores, no permiten que energías malignas penetren en nuestros hogares, son el escudo que impide que los infortunios nos acechen.
No obstante, estas tres deidades son también consideradas como una trilogía de guerreros yorubas, «los dueños del monte«.
Elegguá, portero del monte y de los caminos
Elegguá es el santo que abre los caminos, es la protección primera y se convierte en un guerrero temible y feroz cuando se une a Oggún y Oshosi, en su camino como uno de los dueños del monte.
El pequeño gigante, como también es llamado, es uno de los primeros Oshas u Orishas que se recibe y es el primero de los guerreros junto a Oggún, Oshosi y Osun. En la naturaleza está simbolizado por las rocas y vive casi siempre detrás de la puerta, cuidando los hogares.
Es aquel que tiene la clave para la felicidad o infelicidad de los seres humanos. Es el portero del monte y la sabana, por los cuales camina junto a Oggún y Oshosi.
Oggún, cazador del monte
Oggún, por su parte, es el Orisha que representa la fortaleza, el trabajo y la fuerza áspera e inicial.
En la naturaleza está simbolizado por el hierro, todos los metales y la virilidad descomunal en el ser humano. Es dueño de las herramientas y de las cadenas.
Es dueño del monte junto con Ochosi y de los caminos junto con Elegguá. Los tres defienden el destino de los devotos.
Oshosi, dueño de la caza
Ochosi es el Orisha cazador por excelencia y se relaciona con la cárcel, la justicia y con los perseguidos. Es el pensamiento que es capaz de trasladarse a cualquier sitio o a cualquier tiempo y capturar o coger algo.
Se representa unido a las armas a partir del arco y la flecha y está relacionado especialmente con Oggún, por la caza y el monte.
Ochosi vive con Oggún y junto a él Elegguá, es dueño del monte y de la caza. Incluso su otá o piedra, se recoge allí.
Para su camino por el monte, usa lanzas, flechas, arcos, trampas, rifle, dos perros de metal, y todo tipo de atributos que se relacionen con la actividad de caza y herramientas como espada, machete y cuchillo.
También lleva un saco de piel de animal, un sombrero de piel, pólvora, atributos de pesca, trofeos de caza, tarros de venado, un tridente en forma de flecha grande y tres acofá.
Pataki: La leyenda de Oggún y Oshosi
Cuenta el patakí (historia) que Ochosi era cazador y había fracasado en todos sus intentos de capturar al venado.
Y otro tanto le sucedía a Oggún, que preparaba constantemente trampas para atrapar al animal sin obtener el resultado esperado.
Así surgió una intensa rivalidad entre ellos y cada uno intentaba superar al otro en la caza del venado.
Al fin, ambos se encontraron en casa de Orula, donde habían acudido en busca de una solución a su problema. Este les dijo que todo se debía a la mano de Elegguá, quien no quería que los cazadores se amigaran sin su presencia.
Así que les aconsejó ofrecerle akukó (gallo) al dueño de los caminos y hacer rogación con un machete y una flecha.
Los cazadores hicieron lo que les indicó Orula y cuando llegaron al bosque a poner el ebbó, apareció un venado de gran tamaño. Inmediatamente Ochosi lanzó la flecha y lo hirió de muerte.
Pero el animal pudo huir al monte, por lo que Oggún tomó el machete y se abrió paso en la maleza para capturar la pieza, que luego compartieron amigablemente.
Así fue como los guerreros del monte se unieron en una sola fuerza para lograr buenos resultados. Gracias al consejo de Orula descubrieron que «en la unión está la fuerza», una historia que nos deja una gran enseñanza.