Los Irunmoles son seres celestiales vinculados estrechamente a Ifá, estos obtienen su energía y fortaleza espiritual mediante la naturaleza por ser esta su fuente de materialización y desarrollo.
Estas deidades supremas de la Religión Yoruba encarnan de una forma u otra a los cinco elementos naturales los que son:
- el agua,
- el aire,
- la tierra,
- el fuego y
- el éter o espíritu.
Abata se materializa mediante la tierra.
Abata la deidad que surgió entre los pantanos es uno de los Irunmoles de Olodumare.
Este simboliza a la tierra, a la medicina y a la sabiduría por lo que su representación animal es llevada a cabo mediante la figura del majá.
El agua acuna a Agganá, Egbe, Osará y Oloná.
Agganá, la lluvia:
A través de la caída de la lluvia se materializa la llegada a la tierra de Agganá, quien posee entre sus responsabilidades la virtud de refrescar el suelo y hacer fértiles los sembradíos.
Egbe en las aguas estancadas:
El agua proveniente de las tinajas, los acueductos y demás lugares donde no existen las corrientes, está bendecida por Egbe quien transmite a partir de esta salud y paz espiritual.
Osará en las cascadas y caídas:
Osará es la deidad de las cascadas, brotes de agua donde se manifiestan corrientes.
Estas son fuente de sanación espiritual y física, pues muchas de sus aguas poseen propiedades medicinales y efectos anti estrés.
Oloná y sus lagos:
Oloná se extiende sobre la superficie terrestre mediante los lagos, fuentes de vida y de agua que albergan grandes y profundos secretos.
Al principio de los tiempos el hombre creía que ciertos lagos otorgaban virtudes tales como la inmortalidad y la eterna juventud.
El espíritu y su unión a los Irunmoles.
Aña y los tambores Batá:
Aña encarna la percusión y la música que brota al golpear el cuero de los tambores Bata, sonido que reclama su presencia sobre la tierra.
Esta deidad guarda estrecha relación con la alegría y la fuerza de voluntad que impulsa a los humanos para luchar por la vida y el cumplimiento de los sueños.
Osí brinda protección:
El Irunmol de la protección es Osí, este se manifiesta a través de los instintos presentes en cada ser vivo que habita la tierra.
A su vez se identifica con la continuidad y el legado.
Ikokó y las plantas acuáticas:
Ikokó representa a las plantas acuáticas y al poder de la vida que surge y se manifiesta mediante los cuatro elementos naturales: aire, viento, agua y fuego.
Su llegada a la tierra engrandece el espíritu y se relaciona con períodos de abundancias.
El poder del viento en manos de Fride y Poolo
Fride y Poolo se relacionan con la música.
- El primero se asocia a los instrumentos de cuerda,
- el segundo materializa a los que producen sonidos mediante el viento, brindando indistintamente alegría y consuelo.
El fuego y el desierto representan a Elusú.
Elusú es el Irunmol que llega a la tierra moviendo las arenas, cada grano fino de este elemento es una extensión de su propio ser.
Este inmortaliza los cambios y la fortuna que a veces sonríe y otras veces voltea dando la espalda.
Esta espiritualidad se relaciona con el fuego y el calor del sol.