Oggún una deidad del Panteón Orisha, el amo y señor del hierro.
A él le rezan los luchadores y los valientes, los poderosos, los líderes por naturaleza, pues él simboliza la incansable lucha, y todos los comienzos, el principio, la mañana, la primavera, y también los poderes de mando, la fuerza, la violencia y la autoridad.
¿Quién es el Orisha Oggún?
Es el Orisha patrón de los herreros, de las guerras, de la tecnología, de los cirujanos del ejército y de todo aquel que trabaje con los metales.
Su trabajo se efectúa sin descanso, es un gran trabajador, guerrero y un cazador excelente.
Es el segundo Orisha que se recibe detrás de su hermano Elegguá y junto a él, es dueño de los caminos, así como de los montes, mensajero directo del padre sabio Obbatalá y fuerte, violento y muy poderoso.
Su símbolo es el machete Embelebobo, herramienta con la que se enfrenta a todos sus enemigos, pero que también utiliza para abrirse paso en una selva o en un monte, con el mismo que baja para defender a los hombres en la tierra.
Oggún, Orisha poderoso y justiciero
Cuentan las historias yoruba que Oggún es hijo de Obatalá y Yemú, considerado hermano del Dios del trueno Shangó, Oranmiyán, y de los guerreros, Oshosi, Osun y de Eleggúa y con estos tres últimos camina por los montes.
Nace como un Osha del grupo de Orisha Oddé, que son los que comúnmente se conocen como “los guerreros”.
Es el dios del hierro, los minerales, las montañas, las herramientas y todo lo relacionado con la forja de metales, aunque también puede ser un cazador solitario y recolector, que vaga por los bosques y descubre todos los secretos.
Perdido entre la maleza, salva y cuida a los caminantes.
Es capaz de dominar todos los misterios de los montes, y puede ser brujo, curandero y hechicero, por ello siempre es vigilado por otros Orishas, porque puede provocar guerras y destrucción.
Oggún es considerado como el dueño de las llaves y las cadenas que representan el encierro.
El guía de los Orishas se castiga a trabajar día y noche
Cuenta el patakí que cuando los orishas bajaron a la tierra, fue Oggún quien les fue a abrir el camino cortando todos los obstáculos con su machete, acompañado por sus hermanos Ochosi, el justiciero del arco y la flecha y el pequeño Elegguá, dueño de caminos.
Pataki: Oggún se enamora de su madre
Pero la leyenda yoruba cuenta que su punto débil era que estaba enamorado de su propia madre, Yemú, e incluso quiso violarla en el camino.
Pero Elegguá evitó eso por muy poco y Oggún fue descubierto por Obatalá, el padre de todas las cabezas, quien quiso castigarlo por su falta.
Oggún, arrepentido y avergonzado, le dijo a Obatalá que él mismo se maldeciría y mientras el mundo existiera, se dedicaría a trabajar sin descanso, de día y de noche.
Oshún endulza al Dueño del Hierro
Así se escondió en los montes, con sus perros, y oculto de todos los hombres, solo con la compañía de Ochosi, su hermano cazador.
Pero el trabajo en solitario hizo que produjera hierros de menor calidad y que lo demás tuvieran miedo de que esparciera maleficios en la tierra, por lo que Oshún, la Diosa de los ríos y el amor, fue a buscarlo y le dio a probar la miel de la vida.
Así Oggún continuó trabajando, pero sin sentir amargura, y produciendo el metal de la mejor calidad.