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Historia de Ogbe Otura del secreto de Ozain y su pacto con Elegguá

Ozain y Elegguá

En este odun Ozain se arrodillaba para llamar a la lluvia y con su llegada alimentar a las plantas, seres vivos que dependen de la tierra y el sol para crecer y desarrollarse.

Cuando Ozain rezaba revitalizaba las hierbas moribundas y los pájaros enviaban sus mensajes a los demás Orishas, quienes acudían ante él para sellar pactos y desarrollar hechicerías, pues nadie conocía mejor las plantas y los secretos del monte que esta deidad.

El orisha Elegguá deseaba conocer los poderes de Ozain del Monte

Elegguá siempre deseó conocer cuáles eran los secretos que Ozain atesoraba con tanto celo, por lo que a diario asistía a la casa del Orisha para sacarle información, pero este enmudecía ante los intereses de Eshú, dejándolo aún más deseoso de conocimientos que antes.

Así Elegguá, quien era el rey de la trampa, no perecería en sus intentos tan fácilmente y así como quien no quiere la cosa continuaba ejerciendo presión con el fin de obtener su propósito.

Ozain quien se daba cuenta de las verdaderas intenciones de Eshú, le comentaba a Oyá Yansa sobre lo que sucedía y juntos platicaban sobre cómo despistar al travieso Orisha. 

Entonces Eshú comenzó a seducir a Oyá con presentes para ganársela y de este modo conseguir que la santa le revelara el secreto de Ozain.

Orula aconseja a Elegguá para lograr su deseo

Una mañana antes de visitar la casa de la deidad del monte, Eshú acudió al pie de Orunmila, quien le recomendó que:

Le llevara dos gallinas negras a Oyá y que por el camino las fuera desplumando y pidiendo para sí, el cumplimiento de su deseo.

Oyá recibió las gallinas encantadas con mucho gusto y con las plumas arrancadas convocó a una ráfaga de viento y creó un camino para que, sin quererlo, Elegguá descubriese por sí solo el secreto de Ozain.  

Yansa rezó sobre Eshú consagrándolo en el camino de Ozain, para que pudiese resistir los poderes del Orisha y luego este partió hacia el monte siguiendo el rastro.

Elegguá descubre que el poder de Ozain nacía de la naturaleza

A su llegada al monte Elegguá divisó a lo lejos la silueta de Ozain, quien estaba arrodillado sobre la tierra rezando y marcando señales.

Acto seguido comenzó a llover y los árboles danzaron agradecidos, otorgándole nuevas energías al Orisha.

De este modo Eshú comprendió que el poder de Ozain radicaba en la naturaleza y que, sin la existencia de esta, el Orisha perdería sus dones.

Ozain quien se había percatado de lo sucedido, se vio obligado a acoger a Elegguá como su aprendiz y desde ese día nació un pacto entre ambos Orishas.

Conoce más sobre Osain, el orisha del Monte en la Regla de Osha-Ifá:

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