El rito de colocar los elekes o collares yorubas al iniciado en la santería constituye una ceremonia de suma importancia debido a que esta se establece como la antesala de la coronación del ángel de la guarda en la Osha.
En esta ceremonia el devoto recibirá de manos de su madrina o padrino, cinco collares de fundamento pertenecientes a los Orishas mayores del Panteón Yoruba.
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Este ritual persigue como objetivo propiciar equilibrio y unión entre el plano espiritual y físico del religioso, representando los elekes de forma directa una de las manifestaciones materiales de los Orishas que rigen sobre la astralidad y el cuerpo humano.
Ceremonia de entrega de Collares
Se necesitan cinco collares para poder efectuar este ritual:
- El primero representa a Elegguá Orisha dueño de todos los caminos de la vida,
- el segundo se corresponde con Oshún la dueña de la miel de abejas,
- le sigue el eleke de Kawó Silé el rey del rayo,
- el cuarto collar le concierne a Yemayá la madre del mundo y
- por último, se recibe el representativo de Obatalá santo mayor y dueño de todas las cabezas.
Inicio de la ceremonia:
Para dar inicio a la ceremonia es necesario que exista un ambiente favorable y tranquilo para que las espiritualidades se asienten de forma correcta y no se tuerza el astral de la persona.
Generalmente se efectúa la entrega en el cuarto de la casa que se encuentra destinado para desarrollar actividades religiosas.
Se sienta o se arrodilla sobre una estera al religioso al que se le hará entrega de los collares y con ayuda del agogo (campana) de Obatalá, se le van presentando uno a uno sobre su cuerpo.
A partir de ahí se comienzan a desarrollar otras ceremonias secretas que finalizan con la introducción individual y cefálica de los collares.
Los sagrados collares merecen respeto:
Es deber del padrino o la madrina explicarle al religioso la importancia y utilidad de los collares, es preciso indicar al mismo que estos deben ser tratados con respeto pues representan a los Orishas y a la religión en general.
Los elekes se portan con orgullo pues representan siglos de costumbres y tradiciones religiosas, estos han sido a lo largo de la historia la salvación de muchas personas que se han refugiado en su poder con el fin de vencer obstáculos y superar momentos difíciles.
Los devotos se han aferrado a su fe por los collares para atravesar largos y angostos procesos de enfermedad y pérdidas, del mismo modo que se han amparado en la guía que estos ofrecen con el fin de darle una nueva orientación a sus vidas.
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