La Bolsa de Piel de Chivo es uno de los Atributos sagrados de Elegguá

El Orisha Elegguá es un santo muy sabio, tras su apariencia traviesa e infantil se esconde la inteligencia y el fundamento de un gigante, virtudes que lo convierten en la deidad protectora de los avatares del destino.

Es un Orisha mayor perteneciente al Panteón Yoruba por lo que se corona en la sagrada ceremonia de la Osha.

Su valentía, determinación y capacidad para combatir las injusticias lo hicieron merecedor de formar parte de los Orishas Guerreros quienes son los santos encargados de brindar protección ante las adversidades y salud para combatir la enfermedad.

Elegguá es el santo que media entre el bien y el mal, este se encarga de guiar al ser humano hacia la suerte o los osogbos en dependencia de su merecimiento.

Los poderosos Atributos del Orisha Elegguá nos brindan su protección

El Orisha Elegguá es poseedor de múltiples atributos, entre estos destacan la matraca, los juguetes, la maraca, el guirito rojo y negro y la bolsa de piel de chivo por citar algunos.

Esta última es quizás uno de los más llamativos, dicha bolsa es una de las piezas fundamentales que emplea el iyawó (iniciado) durante algunas de las ceremonias santorales que lo involucran en su año de Iyaworaje.

El iyawó realiza la ceremonia de recorrido por la cuadra acompañado de uno de sus mayores llevando consigo la bolsa de piel de chivo en esta lleva:

caramelos,
aguardiente,
centavos,
tabacos,
pescado ahumado,
maíz tostado y
jutía ahumada.

Elementos que va repartiendo a su paso a las personas que se encuentra en el camino a los cuales regala mediante esta acción iré y desenvolvimiento.

La Bolsa de Piel de chivo forma parte del traje ceremonial que porta el iyawó de Elegguá el día del medio o segundo día de haber coronado la Osha.

Mismo atuendo que porta al presentarse ante los tambores Batá en Oro Mayoco, ceremonia de consagración que recibe el iniciado en la Santería al pie de los tambores de Kawó Silé.

La bolsa ceremonial que atrae el Iré y sentencia a los enemigos.

Cuando el santero desea buscar el iré toma su bolsa ceremonial y la rellena con pescado ahumado, maíz y jutía y va arrojando este contenido en las cuatro esquinas correspondientes a su vivienda, dejando una sin preparar para que por esta sea que entre el iré.

A través de esta bolsa el religioso pide deseos a Elegguá y guerrea contra los enemigos, introduciendo el nombre de los mismos en el interior de la bolsa, acusando a los mismos ante el Orisha dueño de los caminos con el fin de que este tome la justicia por sus manos.