5 características de Olofin en la Santería: Energía creadora, el hijo de Dios

Olofin u Olofi es la tercera manifestación de Olodumare, el Ser Supremo, creador de todo lo que existe.

Según la mitología yoruba, Olofin y Olorun forman una trilogía junto a Olodumare, pues cada uno de los dos primeros, representa sus poderes.

Datos que debes conocer de Olofin en la Regla de Osha-Ifá

Conozcamos algunas curiosidades y cualidades sobre el gran Olofin, creador de la Tierra y de todo lo que existe:

1. ¿Qué significa Olofin?

Su nombre proviene del Yoruba Òlófín, que significa dueño del palacio. Se dice que vive en el cielo, ese es su palacio y su corte real, son los Orishas.

El número que lo representa en la Regla de Osha-Ifá es el 16.
El color que simboliza es el blanco marfil.

2. No está en contacto directo con los hombres.

Olofin no tiene tratos directos con nadie, solo está en contacto con los hombres a través de los Orishas, es él quien los dirige y supervisa sus labores.

Dentro de la divinidad yoruba, su poder se representa como la causa y la razón de ser de todas las cosas.

3. Nada se puede conseguir sin su mediación

A Olofin deben llegarle todas las peticiones para que así dé su aprobación, sin su voluntad los caminos de la vida no se abren.

En el sincretismo asociado a la religión católica y la yoruba, Olofi se compara con el poder de Cristo, el hijo de Dios.

De esta forma también podemos asimilar y entender su gran sabiduría, ya que nuestros ancestros africanos lo veneraron a través de un culto igualmente poderoso en la religión cristiana.

4. Otorgó el poder a los Orishas

Olofin repartió el ashé a cada Orisha y determinó su relación con las energías de la naturaleza. Solo él tiene los secretos de la creación.

5. Patakí de Olofin: La separación entre el cielo y la tierra

Las características de Olofin manifiestan el gran poder de esta deidad yoruba:

Cuentan que los hombres viajaban del Cielo a la Tierra sin ningún obstáculo al principio de los tiempos.

Así, un día una pareja subió al palacio de Olofin a pedirle el ashé de la procreación. El hacedor consintió, pero con la condición de que el niño no traspasara los límites de Layé, la Tierra.

El matrimonio estuvo de acuerdo. Pero cuando nació el niño, sus padres toleraban todas sus malacrianzas y no le enseñaron el arte del respeto.

Un día el pequeño caminó a campo traviesa y llegó al espacio de Orun, el Cielo. Allí se burló de los Orishas, y le faltó el respeto a quienes lo regañaban.

Olofin enfadado, tomó su bastón y lo lanzó con tanta fuerza que Orun quedó separado de Layé y desde ese día, los hombres perdieron la posibilidad de subir al palacio del Creador y contactarlo.

El gran Olofin solo baja en forma de energía pocas veces, vive retirado, supervisando y vigilando todas las tareas de los hombres en la tierra, a él debemos gran respeto y humildad.