Una grata sensación embarga a todos los visitantes del concurrido Callejón de Hamel, un sitio habanero que despliega ante los visitantes, hermosos destellos de cultura y tradiciones ancestrales.
Allí, un aire de nostalgia por lo antiguo se une con las enrevesadas formas y la alegría del arte moderno, en una espectacular representación de las raíces afrocubanas.
Estas características, hacen del Callejón de Hamel, uno de los lugares más visitados de La Habana por turistas y nacionales por igual. Todos quieren llenarse del mítico halo que lo rodea y que se siente incluso desde que se visualiza su entrada diseñada con piedras.
Cultura y tradiciones afrocubanas en el Callejón de Hamel
Las piedras amontonadas en la entrada del Callejón de Hamel son una representación de la inmortalidad y de lo imperecedero, de la gloria a Dios y a los Orishas.
La leyenda cuenta que en ellas se consagran los dioses guerreros Elegguá, Oggún, Oshosi y Osun.
También, el sitio en su totalidad incluyendo casas y edificios que lo rodean, están pintados con colores representativos de la cultura afrocubana.
Pero allí se honra también a los cubanos de la historia, entre ellos José Martí y Salvador González Escalona, escultor y principal idealista del Callejón.
La mezcla en el sincretismo cubano
Y es que el Callejón de Hamel representa en todo su sincretismo, esa mezcla cultural que es la Cuba de hoy.
Allí se pueden encontrar poemas de Martí dibujados en las fachadas y representaciones de deidades cristianas que se han asociado al panteón Yoruba.
Los visitantes pueden llegar al trono de Shangó y agradecerle sus alegrías, además de pedirle al orisha su protección. Igualmente, pueden visitar el santuario que representa la práctica del Palo de Monte.
Los domingos son en opinión de muchos, los mejores días para una visita al Callejón de Hamel, pues ese día los vecinos el lugar visten en honor a los Orishas, entre toques de tambores, colores, baile y mucha alegría.