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Iyami Osoronga, las Brujas de la noche

Iyami osoronga

Las brujas son símbolos de prácticas ancestrales, de adoración a los espíritus y a los demonios, de mitos y leyendas, y la religión yoruba también incluye entre sus preceptos, la existencia de las brujas, más conocidas como Iyami Osoronga, exclusivas de la práctica del Ifá tradicional.

Las Iyami Osoronga son las brujas de la noche para todos los yorubas. Sin embargo, sus leyendas y significados espirituales se alejan un poco de las creencias populares.

Iyami, las madres espirituales

Y es que los yoruba consideran a las Iyami Osoronga como sus madres espirituales y aunque no son consideradas deidades, se les debe respeto, pues cuenta el patakí que bajaron a la tierra por sí mismas, en el estómago de Orunmila, sin que Olodumare las enviara.

Pero el mito popular cobra sentido también en la práctica yoruba en el aspecto en que las brujas encantan y perturban las vidas de las personas, especialmente de mujeres embarazadas y niños muy jóvenes. Se dice que pueden causar problemas en el hogar, enfermedades, discusiones y obstáculos.

Para evitar esto, los babalawos debe propiciarlas y alejar sus hechizos de los ilé (casas).

Como los Orishas representan algún elemento de la naturaleza, las Iyami son vistas en los pájaros y los gatos.

Iniciación Iyami Osoronga

Existe una iniciación en el culto a Iyami Osoronga para aquellos que se deciden a adorar a estas representaciones yoruba.

Pero debemos saber que ningún babalawo o seguidor del culto a Ifá o los Orisha pueden ser iniciados en Iyami o participan en estas ceremonias.

Pataki de las brujas y Obatalá

La forma de propiciar a Iyami Osoronga es con el Adaasa o machete de Obatalá, símbolo de campana en forma de machete que se hace sonar durante la propiciación a las brujas.

La leyenda cuenta que Obatalá entregó el Adaasa a Orunmila como agradecimiento por haberle ayudado a vencer a Iyami Osoronga.

Historia:

Las brujas estaban acabando con el algodón y por ello Obatalá declaró tras consultar a Ifá que ningún pájaro podía consumir el algodón. Entonces, las brujas prohibieron a Obatalá utilizar agua del río de los pájaros.

Obatalá corrió a casa de Orunmila, perseguido por las brujas. Pero Ifá había advertido a Orunmila de ofrecer sacrificio con frijoles y pegamento, y así lo hizo Orunmila, colocando el sacrificio en la puerta de su casa.

Los pájaros que perseguían a Obatalá vieron los frijoles y cuando los comieron quedaron pegados al suelo. Entonces, Orunmila tomó el machete de Obatalá y cortó la cabeza de los pájaros. En agradecimiento, Obatalá regaló el machete a Orunmila.

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