El Ácana Carbonera es una madera muy empleada en la Regla del Palo Mayombe por Siete Rayos y Sarabanda, deidades que se apoyan en las virtudes que posee este elemento natural para realizar sus encantamientos.
Es muy útil para crear o reforzar las gangas y resguardos, sobre todo las prendas de paleros recién consagrados.
El ácana posee propiedades medicinales entre las que destacan sus cualidades antisépticas, aunque cabe destacar que posee muchas otras.
Su peculiar color la sitúa como una madera exótica, lo que ligado a su gran energía le confiere un sello distintivo entre los otros palos del monte.
La Cruz de Ácana, elemento protector y ritual
El Ácana es un palo fuerte que representa la fortaleza, la contención y el poder de Dios sobre la tierra.
El Mayombero y el santero la utilizan en la creación de numerosos objetos rituales y tributos que posteriormente son obsequiados a los dioses como muestra de devoción y lealtad.
¿Cómo nos protege la cruz?
Se escoge precisamente la forma de la cruz para ser representada con el Ácana Carbonera por ser un símbolo de gran poder y de redención que ejerce importante dominio sobre las fuerzas espirituales que asechan la casa.
La cruz es a su vez la barrera que marca la diferencia de lo supremo con los conflictos que se desarrollan entre las fuerzas del mal y el bien, las que permanecen en perenne combate sobre la tierra.
La Cruz que se construye con Ácana posee la virtud de brindar protección al individuo y al hogar, alejando las malas influencias y los espíritus oscuros que pudiesen encontrarse ejerciendo perturbación.
La Ácana contra el mal de ojo
Posee cierta efectividad para combatir el mal de ojo, entidad sobre la que protege.
Se cree que cuando el médium va a comenzar a invocar las plegarias para erradicar este mal, debe poseer una cruz de Ácana en sus manos para así obligar a las malas energías a abandonar su posesión energética sobre el aura del individuo afectado, en este caso está también actúa como escudo protector a favor del despojador.
¿Dónde se coloca la cruz?
La cruz de esta madera se coloca sobre las cabeceras de las camas para poder garantizar un adecuado descanso sin que exista la posibilidad de que sea asechada la persona por ninguna presencia en la penumbra de la noche.
Esta madera puede colocarse de igual forma sobre la bóveda espiritual, escenario donde combatirá junto a las representaciones espirituales de la vivienda a favor de mantener una barrera energética que impida la entrada de las fuerzas del mal sobre el hogar ni sus moradores.