Uno de los caminos más conocidos de Elegguá, el Orisha mensajero de los dioses y dueño de los caminos, es Eleguá Afrá, el que se recibe junto al orisha Babalú Ayé y vive en los hospitales.
Es uno de los caminos de este Orisha más venerados, pues ayuda a los enfermos y por eso se le conoce como «El niño de las enfermedades contagiosas infantiles«, como por ejemplo el sarampión y la viruela.
Es una deidad que se encuentra silbando en las esquinas y en los caminos solitarios y no muestra la cara, ya que no se le debe mirar de frente.
¿Cómo es el camino de Eleguá Afrá?
Este camino de Elegguá vive sobre una piedra porosa y lleva además de su carga un secreto que lo hace muy fuerte para ayudar a Babalú Ayé, el orisha de la enfermedad contagiosa, a curar los males humanos.
Enmascarado va junto al Orisha sanador de la lepra y otras pestes de hospital en hospital, curando enfermos y ayudando a sus devotos. Aquellos que le son leales y respetan su secreto, pueden esperar la ayuda de este Elegguá para sanar sus dolencias.
Elegguá Afrá es de la tierra Arará y su collar lleva cuentas negras y blancas. En la religión yoruba se representa como aquel que silba por las esquinas y caminos entre la soledad.
Se le debe venerar como una deidad poderosa que puede aliviar los males, pero que puede ser vengativa si no se le muestra el adecuado respeto.
Herramientas de Eleguá Afrá, el curador de enfermedades
Cuando se atiende a Elegguá Afrá, debemos tener en cuenta que no toma aguardiente ni vino de palma, solo vino tinto.
Las herramientas de Elegguá Afrá incluyen las representativas del dueño de los caminos y guerrero de la Ocha, además de otras que lo caracterizan como sanador.
Este camino de Elegguá porta:
- Un bastón de viajero
- Un mortero para confeccionar las medicinas
Como explicábamos, este Elegguá lleva la cara tapada y exige que no se le mire de frente, pues siempre oculta su rostro de los humanos.
Cuenta un patakí que él fue quien ayudó al orisha Babalú Ayé cuando estaba enfermo y todos lo despreciaban, fue quien le buscó los perros de compañía con Oggún el dueño del hierro; las muletas con Ossain del Monte y el perdón de Olofin el Creador a través de Shangó el Rey del rayo.