Aleja a los malos espíritus con este rezo ¿Por qué es importante hacerlo?

El asecho de los malos espíritus es algo que no se puede evitar.

Los seres humanos vivimos rodeados de luz y este es uno de los motivos cardinales por lo que les resultamos curiosos, dichas entidades buscan hacerse con parte de esta energía vital, la que van obteniendo de a poco cuando se acercan a nosotros.

Sin que nos demos cuenta van haciéndose partícipes de nuestra rutina ensombreciendo el desarrollo espiritual nuestro y opacando la suerte que nos acompañan.

En otras ocasiones estos seres malignos persiguen al hombre, por el puro placer de hacerle el mal colocándole trabas y zancadillas en su destino.

¿Cómo ahuyentar espíritus malignos y maldades?

Una efectiva manera de alejarlos es mediante la oración, herramienta que salva y libera.

La plegaria para alejar los malos espíritus ha sido pronunciada por muchas personas que han atravesado por una situación similar a la descrita anteriormente, obteniendo con esta, resultados favorables.

Es válido destacar que esta oración puede ser invocada de manera profiláctica, para como la palabra lo indica, encontrar protección contra las fuerzas del mal que busquen albergue en nosotros con el fin de perjudicarnos.

Al pronunciarla garantizamos:

Alejar las malas influencias y
acercar todo aquello que nos beneficie.

Mediante estas palabras el religioso solicita también la ayuda de los ángeles guardianes, en quienes busca el apoyo para alejar el mal de su camino y resistir la tentación, deseando a pesar de las intenciones de las entidades que se derrame sobre estas la misericordia de Dios para que de este modo puedan evolucionar y limpiar sus pecados.

Oración para alejar a los malos espíritus: De Allan Kardec

En nombre de Dios todopoderoso, que los malos espíritus se alejen de mí y que los buenos me sirvan de baluarte contra ellos.
Espíritus malhechores que inspirad malos pensamientos a los hombres, espíritus mentirosos y tramposos que los engañáis, espíritus burlones que abusáis de su credulidad, os rechazo con todas las fuerzas de mi alma y cierro el oído a vuestras sugestiones, pero deseo que se derrame sobre vosotros la misericordia de Dios.
Espíritus buenos que nos dignáis a asistirme, dadme fuerza para resistir a la influencia de los malos espíritus y la luz necesaria para no ser la burla de sus perversas intenciones.
Preservarme del orgullo y de la presunción, separad de mi corazón los celos, el odio, la malevolencia y todo sentimiento contrario a la caridad, porque son otras tantas puertas abiertas al espíritu del mal.