Eleguá es en la religión yoruba la primera protección, el primer Orisha que se recibe, igualmente es el primero del grupo de los cuatro guerreros y se saluda con preferencia. Al que se le da conocimiento de lo que se va a realizar porque es decisor y mensajero de los Orishas, si él lo desea no llega nuestro pedido a su destino.
Es dueño incansable de los caminos, protector del monte y vigía de las cuatro esquinas. En las celebraciones y ceremonias es el primer Orisha que se atiende, Eleguá siempre va adelante.
Pero, ¿por qué Elegguá debe ser el primero que se recibe? A continuación presentamos el pataki que explica la interrogante.
Pataki: Elegguá salva a Olofin
Cuenta el pataki que un día Olofin se enfermó con una rara enfermedad para la que nadie tenía explicación alguna. El mal acabó con toda su fuerza y debilitó sus poderes.
Así débil, Olofin llamó a todos los Orishas para ver si el Ashé característico de cada uno podía salvarlo y llevarse el extraño mal.
El primero en intentarlo fue Orula con el sistema de adivinación de Ifá. El sabio y adivino, el consejero, trató de determinar lo que afligía al Creador, pero nada de lo que el oráculo dijo, pudo acabar con el mal que afligía a Olofin.
Obbatalá lo intentó después, por su papel como hacedor de los hombres, pero su esfuerzo resultó inútil.
Babalú-Ayé, como representante de la cura ante enfermedades, sanador y milagroso, tampoco lo logró, ni siquiera Yemayá la Diosa del mar con sus energías, ni Oshún con el poder de sus aguas dulces, ni Oyá, guerrera que dirige el mundo de los muertos.
Los Orishas estaban pasmados por su incapacidad para curar a Olofin mientras la rara enfermedad seguía consumiendo los poderes del creador y decidieron intercambiar conocimientos en aras de salvarlo cuanto antes.
Mientras estaban en ello, la puerta se abrió fuertemente y apareció Elegguá, que había escuchado de la enfermedad de Olofin y decía que podía curarlo.
Obbatalá con su sabiduría, indicó que Elegguá era demasiado joven para ser consultado, aunque tenía buenas intenciones. Le dijo así que debía marcharse y dejar de molestar a Olofin.
Pero Olofin desesperado, dijo:
“Creo que todos merecen una oportunidad. Deja que el muchacho lo intente. Después de todo, puede haber aprendido cosas vagando por los bosques”.
Eleguá, el primer Orisha por mandato de Olofin
Así se quedó Elegguá con el Creador, y sacó un manojo de hierbas frescas, las trituró en agua y se la dio de beber a Olofin.
Minutos después, cuando los Orishas entraron a la habitación, vieron a Olofin de pie, mostrando una buena salud y sonriendo. Así les informó que efectivamente, Eleggúa lo había curado y que para su edad mostraba una inmensa sabiduría.
Para recompensarlo, Olofin proclamó que Elegguá sería el primer Orisha honrado en todas sus ceremonias y el guardián de todas las puertas y caminos.
Sin su permiso no puede ser realizado ningún trabajo u ofrenda. Luego sacó una llave de oro y se la dio a Elegguá para que protegiera las puertas.
Elegguá se comportó amablemente hacia los demás y los otros Orishas, viendo su amable y humilde actitud, aceptaron el mandato de Olofin.