Aquellas que con su labor ayudan a desarrollar las actividades productivas de los hombres en la tierra, son considerados deidades del quehacer humano, a partir de un esquema creado por varios estudiosos de la religión yoruba que quisieron dar un orden científico a la representación de los Orishas, agrupándolos según sus acciones en la tierra y los elementos con los cuales se relacionan.
Así, se realizó un esquema que las agrupa en deidades cosmogónicas, telúricas, del quehacer humano y adivinatorias.
Orishas del quehacer humano:
Abordaremos el grupo de las deidades del quehacer humano y cómo sus fuerzas apoyan el desarrollo de la vida en la tierra.
A continuación, describimos cada deidad de este grupo:
Ochosi: Dios de la caza
Es un Osha del grupo de Orisha Oddé, comúnmente llamados Los Guerreros. Este grupo lo conforman Eleguá el dueño de caminos, Oggún el rey del hierro, Oshosi el justiciero y Osun el vigía de las cabezas.
Es un Orisha cazador que se relaciona con la cárcel, la justicia y con los perseguidos. Es guerrero, ávido cazador y el pensamiento que es capaz de trasladarse a cualquier sitio o a cualquier tiempo.
Su nombre proviene del Yoruba Osóssí (Osó: brujo Sísé: hacer trabajo Sí: para), literalmente «El que trabaja con brujería», pues es también hechicero y curandero. Es el encargado de proteger a los fugitivos y de dar de comer carne al hambriento y al desfavorecido.
Una de las cualidades de esta deidad cazadora es su relación cercana con Oggún el dueño del monte. Viven juntos dentro de un caldero de metal y su unión establece la fortaleza inquebrantable ante la vida, son salvadores de la muerte y protectores de infortunios.
Oricha Oko: Dios de la agricultura
Orisha Oko está en la naturaleza y representa la tierra, pero también el trabajo agrícola y los cultivos. Está relacionado directamente con la agricultura y el campo y se le reconoce como el protector de la labranza y los arados. Portador de la lluvia en la sequía, los alimentos saludables y las buenas cosechas.
Proporciona los medios de sostén en la tierra dando los alimentos necesarios para vivir al hombre. Es considerado el Orisha justo que puede ser árbitro de las disputas, incluso entre Orishas.
Es un trabajador afanoso y asegura la prosperidad de las cosechas. Representa la abundancia y la fecundidad, y por ello las mujeres estériles recurren a él.
Forma una importante trilogía con Oke y Oggué, responsables de las cosechas, las lluvias, el fuego, los animales, y las poderosas energías internas capaz de partir la tierra.
Por la noche se disfraza de Ikú (la muerte) y recibe los cadáveres que le entrega la muertera Yewá y los que le envía la guerrera Oyá a través del dios de la enfermedad Babalu Ayé.
Aggayú: Dios de los porteadores, barqueros y cargadores
Aggayú Solá es el gigante orisha de la tierra seca y del desierto, patrón de los caminantes y cargadores.
Es padre del Orisha del trueno Shangó, simboliza los poderes del río y los terremotos. Es un guerrero Orisha quien gusta de proteger a los niños pequeños.
Aggayú, es además, el orisha de los volcanes, es el barquero que ayuda a las personas a cruzar el río. Actúa como padre protector y por su fortaleza y su faceta de guerrero, muchos le piden protección ante diversas problemáticas.
“El que cubre el desierto con su voz”, es el significado del cual proviene el nombre de Aggayú Solá, el Orisha que representa las impresionantes fuerzas naturales.
El volcán, el magma y el interior de la tierra, son sus símbolos más poderosos. Vive en la corriente del río y es el bastión de la Osha y particularmente del padre sabio Obbatalá.
Su furia desata terremotos y sus fuerzas hacen girar a la tierra. Es el Orisha del fuego, de carácter belicoso y colérico.